
Expositor de la marca ISDIN diseñado y fabricado por el grupo Mayence
El expositor no es solo un soporte para producto, es una declaración de intenciones de tu marca. Si está bien diseñado, transmitirá tus valores, captará la atención de tu público y reforzará la identidad visual de tu empresa en un solo vistazo. No se trata solo de colocar el producto en un soporte visualmente atractivo, sino de crear una experiencia que transmita quién eres, qué vendes y por qué el consumidor debería elegirte a ti.
Diseñar un expositor personalizado implica ir más allá del criterio estético. Es un proceso en el que se combina diseño estratégico, conocimiento del comportamiento del consumidor, coherencia de marca y adaptabilidad al entorno. En este artículo exploraremos los elementos que componen un expositor eficaz, cómo alinear su diseño con la identidad de la empresa y casos reales donde el diseño ha sido clave para lograr visibilidad, diferenciación y conversión.
Elementos clave en un expositor personalizado
Crear un expositor verdaderamente representativo empieza por identificar los elementos que lo hacen atractivo, funcional y alineado con la marca. Cada detalle cuenta: desde los materiales hasta la forma, desde el tipo de impresión hasta posibles elementos interactivos. Cuando estos factores se trabajan de manera coherente, el resultado es un soporte que no solo exhibe producto, sino que transmite los valores de marca, activa emociones y genera recuerdo en la mente del consumidor.
Forma, materiales y acabados
El primer impacto de un expositor es visual y volumétrico. Su forma tiene que ser reconocible, armoniosa y coherente con el tipo de producto que exhibe. Por ejemplo, un expositor de líneas suaves y orgánicas refuerza una imagen natural o sensorial, mientras que uno con ángulos marcados y materiales metálicos puede transmite modernidad o innovación.
Los materiales elegidos también tienen un papel esencial. El cartón estructural es perfecto para campañas temporales y formatos ligeros, mientras que la madera, el metacrilato o el metal funcionan bien para expositores que vayan a estar un largo periodo de tiempo en la tienda o de gama alta. El acabado, ya sea mate, brillante, texturizado, con relieve… puede reforzar la percepción de calidad y aportar diferenciación.
La clave está en que el conjunto funcione a nivel técnico y, además, que cuente algo sobre tu marca sin necesidad de palabras.
Gráfica, colores y logotipo
La gráfica del expositor no es un simple adorno: es la clave para comunicar inmediatamente la identidad visual de la marca. Según un estudio sobre comunicación visual y branding, la combinación de colores corporativos, tipografías, imágenes de campaña y mensajes clave ayuda a construir una imagen diferenciada, reconocible y confiable desde el primer vistazo, sin necesidad de explicación adicional.
Además, un informe sobre POP displays también confirma que los elementos gráficos coherentes fortalecen la visibilidad de la marca, mejoran el reconocimiento y generan un impacto emocional con el consumidor, incluso antes de que lea un texto.
Un expositor bien diseñado es capaz de comunicar sin la necesidad de un texto explicativo, tan solo con su lenguaje visual.
Iluminación, movimiento o interacción
Los elementos interactivos marcan la diferencia entre un expositor que solo enseñan y otro que invita a participar, tocar, probar o explorar. Incorporar iluminación o sistemas de prueba puede multiplicar la atracción y el recuerdo.
Una luz cálida puede ayudar a realzar un perfume o una crema. Una pequeña pantalla puede contar una historia o mostrar testimonios. Incluso la incorporación de realidad aumentada o códigos QR puede llevar la experiencia más allá del punto de venta físico.
Son elementos que deben utilizarse con criterio, para aportar valor sin distraer del mensaje principal. Su objetivo es reforzar la conexión emocional con el producto.

Expositor para Sephora diseñado y fabricado por el grupo Mayence
Cómo diseñar un expositor alineado con tu marca
Un expositor personalizado eficaz no es solo cuestión de diseño gráfico o de estructura física. Para que cumpla su función de forma estratégica, debe diseñarse desde el conocimiento profundo de la marca y su contexto. ¡Esto es lo que llevamos a cabo en Mayence!
Conoce bien tu público objetivo
Antes de crear cualquier elemento visual, hay que tener muy claro quién es el cliente al que queremos atraer. No es lo mismo diseñar un expositor para un consumidor joven, urbano y digital que para uno más tradicional, familiar o especializado.
Conocer los hábitos, intereses, motivaciones y lenguaje de tu público permite diseñar un expositor que conecte de forma directa. La forma, los materiales, los mensajes y la experiencia deben hablar el mismo idioma que tu consumidor ideal.
Cuando el diseño se construye desde la empatía con el cliente, el expositor se convierte en un puente eficaz entre producto y persona.
Alinea el diseño con tus valores y estilo visual
Cada marca tiene una personalidad, unos valores y una historia que deben estar presentes en todos sus puntos de contacto para conseguir una alineación correcta de lo que se quiere transmitir. El expositor es uno de los más visibles y cercanos. Por eso, su diseño debe reflejar la esencia de la marca.
Una marca que apuesta por la sostenibilidad puede invertir por materiales reciclables y un diseño simple y honesto. Una marca premium puede apostar por acabados metálicos, iluminación suave y un diseño minimalista y elegante.
Todo, desde los colores hasta la disposición de los productos, debe estar en consonancia con cómo la marca quiere ser percibida. Esto genera confianza y facilita la toma de decisiones.
Adapta el expositor al entorno y tipo de campaña
No hay dos espacios iguales. Por eso, un buen diseño de expositor debe contemplar dónde se va a ubicar: ¿es una gran superficie?, ¿una perfumería?, ¿un córner dentro de un evento?, ¿una farmacia?, ¿una tienda especializada?
Además, el tipo de campaña también condiciona el diseño. Una acción de lanzamiento requiere un expositor que tenga un alto impacto visual y que genere sorpresa. Una campaña de fidelización, en cambio, puede beneficiarse de una estructura más contenida que refuerce la confianza.
La clave está en que el expositor se integre en su entorno y lo aproveche para destacar.

Expositor para Farline diseñado y fabricado por el grupo Mayence
Ejemplos de expositores que comunican marca con éxito
Hay sectores donde el expositor tiene el papel protagonista dentro de la estrategia comercial y de comunicación. La forma en la que se diseña y presenta el producto puede potenciar su valor y generar diferenciación inmediata frente a la competencia.
Cosmética
En el sector beauty, los expositores no solo deben atraer visualmente, sino transmitir también sensaciones. Colores suaves, texturas, iluminación dirigida y espacios para testadores convierten el punto de venta en un pequeño ritual. Marcas como Rituals, L’Oréal o Caudalie usan muebles que comunican naturalidad, bienestar o lujo sin perder funcionalidad.
Alimentación
En este sector, el reto está en combinar impacto visual con facilidad de acceso al producto. Las marcas que apuestan por lo artesanal o lo saludable suelen reflejar estos valores en materiales como madera, cartón o tejidos naturales. Otras, en cambio, optan por estructuras metálicas o formatos apilables para poder destacar productos de impulso en supermercados o estaciones de servicio.
Tecnología
Aquí el diseño suele orientarse hacia la modernidad, el mínimo ruido visual y la experiencia de prueba. Los expositores permiten interactuar con el producto (smartphones, auriculares, tablets…) e integran pantallas, sistemas antirrobo y señalización clara. Apple o Samsung son referentes en cómo un expositor puede transmitir innovación, confianza y diseño al mismo tiempo.

Expositor para Elizabeth Arden diseñado y fabricado por el grupo Mayence
Tu expositor, tu mensaje
Diseñar un expositor personalizado no es una tarea estética únicamente. Es una decisión estratégica que define cómo se percibe tu marca en el entorno más competitivo: el punto de venta.
Cuando la forma, materiales, mensaje y experiencia se alinean con los valores de la marca, el resultado no solo atrae miradas, sino que conecta, genera confianza y convierte.
¿Quieres que tu próximo expositor no solo muestre tu producto, sino todo lo que tu marca representa? En Mayence te ayudamos a hacerlo realidad. Hablemos y empecemos a diseñar juntos algo que deje huella.