
Expositor de mostrador para Farline diseñado y fabricado por el grupo Mayence
En el mundo del retail, lograr captar y retener la atención del cliente en los primeros segundos es clave. Y, dentro de este contexto, el expositor de mostrador se convierte en un elemento estratégico dentro del punto de venta. Su objetivo va mucho más allá de simplemente colocar productos: debe atraer, comunicar y persuadir.
Estos pequeños formatos de PLV (Publicidad en el Lugar de Venta) tienen la capacidad de convertir el espacio más cotidiano, como lo es el mostrador, en una oportunidad comercial de alto impacto. Gracias a su cercanía con el cliente, pueden influir en la decisión de compra, sobre todo en entornos donde esta compra es rápida e impulsiva. Diseñar un buen expositor de mostrador no es un proceso aleatorio: requiere de una planificación detallada que tenga en cuenta la funcionalidad, pero también la estética, y que ambas estén siempre alineadas con los objetivos comerciales de la marca.
Un buen expositor de mostrador debe ser visualmente atractivo, transmitir confianza y facilitar la interacción del cliente con el producto. Ya sea para promocionar un nuevo lanzamiento o reforzar el branding, el diseño debe responder a una estrategia clara.
En este artículo repasamos los principales elementos clave que no pueden faltar en cualquier buen expositor de mostrador que se precie, teniendo en cuenta la funcionalidad, el diseño y la importancia de transmitir los valores de la marca.
Elementos clave de un buen expositor de mostrador
Visibilidad y accesibilidad del producto
La visibilidad es clave: no basta con mostrar el producto, hay que situarlo estratégicamente. Un estudio publicado en el International Journal of Research Publication and Reviews titulado “Analyzing How Product Placement At Eye Level Affects Sales” concluye que más del 50 % de los consumidores prefieren productos situados a la altura de sus ojos, mientras que las posiciones inferiores son las que menos atención reciben. Esto confirma que colocar el expositor a nivel ocular no solo facilita la visibilidad, sino que también mejora considerablemente la intención de compra.
El primer objetivo de cualquier expositor es facilitar la visibilidad de los productos. Para lograrlo, debe presentar el artículo de una manera clara y ordenada, sin obstáculos visuales ni elementos que distraigan. Además, es importante que el cliente pueda acceder fácilmente a los productos, tocarlos o probarlos (por ejemplo, en casos de cosmética o maquillaje).
Una buena visibilidad también implica que el expositor esté en los puntos estratégicos del mostrador: a la altura de los ojos o de las manos, según el tipo de producto. La idea es que “se venda solo” con solo mirarlo.
Diseño compacto y funcional
En espacios reducidos, como lo es un mostrador, cada centímetro cuenta. Por eso, un expositor debe ser compacto, pero sin tener que renunciar a la funcionalidad. El diseño tiene que aprovechar el espacio tanto vertical como horizontal de manera inteligente, para que se puedan mostrar varios productos, pero sin generar ruido visual que sature.
Además, un buen diseño funcional contempla aspectos como compartimentos organizados, bases estables y estructuras ligeraspero resistentes. En definitiva, la idea es encontrar el equilibrio perfecto entre estética y funcionalidad.

Expositor de mostrador para Arkopharma diseñado y fabricado por el grupo Mayence
Coherencia con la identidad de marca
Un expositor no debería ser simplemente un soporte físico, sino también una herramienta de branding. Por eso, el diseño tiene que estar alineado con la identidad visual de la marca. Los colores, la tipografía, el logotipo, el estilo gráfico… todo es importante y debe ser coherente con el resto de la comunicación de la marca.
Esta coherencia, además de reforzar el reconocimiento visual, también genera confianza en el consumidor, ya que percibe una imagen cuidada, consistente y profesional.
Materiales adecuados y acabados de calidad
Los materiales usados deben ir en línea con el posicionamiento de la marca y el tipo de producto expuesto. Un expositor de cartón puede ser ideal para promociones cortas o artículos de bajo coste, mientras que uno hecho de metacrilato, madera o metal es más apropiado para productos premium o de larga exposición.
En cualquier caso, es fundamental cuidar los acabados: cortes limpios, impresiones nítidas, barnices o relieves que aporten un valor visual y táctil. Los detalles marcan la diferencia y elevan la percepción del producto.

Expositor de mostrador para Kommo diseñado y fabricado por el grupo Mayence
Capacidad para destacar promociones o mensajes
Un expositor eficaz debe funcionar también como un canal de comunicación directa. Incluir mensajes breves, claros y atractivos que refuercen una promoción, una ventaja competitiva o una llamada a la acción puede ser lo que marque la diferencia y aumente notablemente la conversión.
Cartelas intercambiables, soportes para flyers o pequeños vinilos pueden ser recursos muy útiles para añadir información sin sobrecargar el diseño. La clave está en que el mensaje refuerce la decisión de compra sin quitarle protagonismo al producto.
Facilidad de montaje y reposición
El retail es un entorno dinámico y cambiante, por lo que la agilidad lo es todo. Un buen expositor debe tener un montaje sencillo, sin necesidad de herramientas o conocimientos técnicos. Esto facilita la logística, el transporte y la instalación en tienda.
También debe permitir una reposición rápida del producto, sin necesidad de desmontar el expositor o afrontar cualquier otra complicación. Un sistema bien pensado mejora, sin duda, la experiencia del personal en tienda y garantizará que el expositor siempre luzca en perfectas condiciones.

Expositor de mostrador para Cione diseñado y fabricado por el grupo Mayence
¿Cuál es el mejor material para un expositor de mostrador?
Depende del tipo de campaña y la duración prevista. El cartón es ideal para acciones promocionales temporales por su ligereza y bajo coste. En cambio, materiales como el metacrilato o la madera resultan más adecuados para productos premium o exposiciones prolongadas, ya que transmiten mayor durabilidad y valor percibido.
¿Qué tamaño debe tener un expositor de mostrador?
El tamaño óptimo es aquel que ofrece buena visibilidad sin invadir el espacio de trabajo del personal. Debe ser lo suficientemente compacto para integrarse en el mostrador, pero con un diseño que destaque y capte la atención del cliente de forma inmediata.
¿Cómo puedo personalizar un expositor de mostrador?
La personalización puede abordarse desde múltiples elementos: colores corporativos, logotipo, materiales, forma, compartimentos, textos promocionales o iluminación. Todo el diseño puede adaptarse a la identidad visual de tu marca y a los objetivos específicos de la campaña.
El expositor perfecto no solo muestra, también comunica
Invertir en un expositor de mostrador de calidad es apostar por la experiencia del cliente, la coherencia de la marca y el impulso de ventas. Un buen diseño, con una buena ejecución, no pasará desapercibido: captará las miradas y transmitirá los valores de la marca, además de convertir la curiosidad en compra.
Hoy en día, una buena presentación es imprescindible para poder destacar en un entorno lleno de estímulos que saturan y donde es complicado diferenciarse del resto. El expositor no es solo una herramienta logística: es un soporte de comunicación que representa a la marca en el momento más decisivo del proceso de compra. En Mayence somos especialistas en soluciones PLV que combinan creatividad, funcionalidad y estrategia. Si estás pensando en desarrollar un expositor de mostrador que destaque entre el resto, contáctanos y llevaremos tu idea al siguiente nivel.